El hombre se sienta en la orilla del malecón de Catemaco, saca su botecito de plástico donde tiene algunos pequeños charales, y los pone en su vieja caña, que ha tirado mil veces al lago.
Una y otra vez, una y otra vez.
Pica una mojarra, que quita con todo cuidado del anzuelo y la coloca a un lado. Repite este ciclo muchas veces hasta que junta tres.
Puedo imaginar que después de eso va a su casa, comparte con su familia lo que sacó en toda la tarde y cenan. Sin más dinero, toman lo que el lago les da.
***
Junto a la orilla de la carretera hay muchos puestos que anuncian tegogolos y camarones. Pregunté: los tegogolos son unos pequeños caracoles marinos. Son de color café y del tamaño de una moneda de cinco pesos. "Son unos callitos muy sabrosos" me dijo el vendedor.
Los buzos los sacan del fondo del lago. Los sirven en coctel o en ensalada. Los pueden combinar con camarones.
Hay muchos puestos que los venden. "Cada vez es más difícil sacarlos, pruébelos, quien viene a Catemaco y no probó los tegogolos es como si no hubiera venido" dijo un taxista.
- ¿Les cuesta trabajo sacarlos? -le dije al del puesto
- Es que ya no hay como antes
- ¿No será que se los están acabando?
- Pos sí
- ¿Y porqué los siguen sacando?
- Pues pa' venderlos
Lo que está mal es no saber cómo aprovechar los recursos, pienso :S
Wow tantas cosas que hay mas allá de las enchiladas, sopes y tamales, tmb investigaré de ellos... Oye y sí los probaste? Están ricos?
ResponderEliminarSaludos!