El Incidente Nortec

El Incidente Nortec fue así:

Estábamos todos mojados porque acababa de caer un torrencial aguacero, escuchando a un dueto de DJ's alemanes que nunca supieron prender a los miles de asistentes al Monumento a la Revolución. La banda se comenzaba a desesperar. Eran 9:20 de la noche y la gente comenzaba a empujarse para tener mejor lugar cuando empezaran los de Tijuana. Había mucha mota en el aire. Muchos morros metiéndose a fuerza entre los que ya teníamos buen lugar.

De pronto, del lado derecho, una chica comenzó a treparse a un pequeño techito del edificio de junto. Calculo que debió estar a tres metros de altura porque a la chica le costaba trabajo subir. Desde abajo sus amigos la iban empujando y lo primero que vi de aquella maniobra fueron las pompotas de la chica que, enfundada en unos jeans y con la mochila al hombro, trataba de subirse con penurias...


Unos chicos atrás de mí dijeron "Ya ves, wey, te dije que nos trepáramos ahí". La chica pudo subir y todos le gritamos de cosas:

- ¡Bájenlaaa!
- ¡Pinche aprovechada!
- ¡Chichis pa' la banda!

La chica nos pintó dedos a todos. En seguida ayudó a subir a otra amiga, y a otra, y a otra, y a otro amigo y, cuando nos dimos cuenta, ya había unas 15 personas encima de ese techito.

Confieso que, como yo estaba todo apretujado, los vi con cierta envidia: "Pinches morros, van a ver el concierto, ahí sentaditos". De pronto voltée al lado derecho y vi que había otras pompas tratando de subir, pero enfundadas en un viejo pantalón azul marino.

Era un policía.

Cuando la gente vio que el policía trataba de subirse, cambiaron sus gritos al "fi fi fiiii fi", es decir "lero leeeero". Unos apoyaban al poli y otros lo repudiaban. Se burlaban de que no podía subir: "Échale otro huevito a tu arroooooz". El uniformado metía la panza para poder treparse; la chica primigenia fue donde el agente trataba de subirse e hizo la finta de que lo iba a patear, ganándose más gritos.

Después de dos minutos eternos, el policía pudo treparse. Fue a donde estaban los chavos y les pidió que se bajaran. Los chicos no quisieron. La gente comenzó a aventarles cosas "¡Bájalos poliii!", "Pinche puerco, no sirves para nadaaaa". El policía los empujaba y ellos se hacían bolita para no caer.

Pero faltaba lo mejor.

Estaba yo viendo eso, en completo éxtasis, cuando del mismo punto donde todos se treparon, una policía gordita trataba de subirse, para ayudar a su compañero. Luego de eso dos más. Eran tres agentes de la ley tratando de bajar a los chicos que no querían hacer caso.

Hay que decir que uno o dos chavillos se bajaron por las buenas. Otros no querían. En eso estaban cuando del departamento superior ¡cayeron más policías! Era como el equipo SWAT de policías panzones de la ciudad que rodearon a los vándalos. Como eso ya era puro grito y todos estábamos riéndonos de la maniobra, una de las policías se desesperó y aventó a la primera chica hacia abajo, que cayó toda desmadejada y como muñeco de trapo encima de sus amigos (es una lástima que no tenga una foto de ese momento glorioso).

Ahí el grito se dividió entre vivas y mentadas de madre."¡Ehhhhh!" y "¡Culeeeeeros, culeeeeeeros!" gritaban decenas y decenas de asistentes.

Cuando la terracita quedó libre de jóvenes, los policías se quedaron tiesos, seguramente pensando...

- ¿Y ahora cómo nos vamos a bajar?

Pues ahí van los policías, con esfuerzos, tratando de bajarse (¿nadie llevaba una escalerita?) y dando costalazos contra el pavimento cuando caían. Dos policías se vieron más hábiles y se bajaron aprovechando una reja que estaba junto. Tres de ellos decidieron quedarse ahí, para resguardar el orden. Una se quedó encima de una cornisa, con un reflector sobre ella y parecía Batman.

Y así fue el incidente. De no ser por este espectáculo de comedia involuntaria, estoy seguro que ahí seguiríamos todos, dándonos empujones. Un minuto después salió Nortec al escenario, pero ya todos estábamos muy contentos.

Gracias por el show, héroes anónimos. Hicieron la noche.