Pequeños relatos de la pandemia (V)




Para mi querida Liss

Muy a principio de la cuarentena, los primeros días, murió la mamá de una amiga en otro país, aunque ella vive en México. Comenzaban a cerrar los vuelos internacionales y supe que ella no podría viajar para despedirla. Lo comentamos entre varios amigos:

- Eso está muy cabrón
- ¿Sería Covid?
- No sé, pero ni modo de que vaya a verla

Justo al siguiente día, murió la hija de un amigo muy muy muy querido. Ni siquiera nos animamos a ir al velorio. Le mandé un mensaje y dos meses después pude hablar con él. Me disculpé por no haber estado y me dijo que así es esto del Covid.

Maldita enfermedad ingrata.

Poco a poco me he estado enterando de amigos y gente cercana que enferma. Unos murieron, no todos por Covid, pero sí porque la atención hospitalaria está mermada. Porque ir al hospital está muy rudo estos días, porque no hay abasto de medicinas suficientes o por... algo. El tío de un amigo de repente se fue de repente, así sin más.

Hace unas horas me enteré que el papá de una amiga murió. Estoy casi seguro que no fue por el virus, pero no me animé a acompañarla. Me dio miedo y me da un poco de vergüenza. Miedo de las funerarias, miedo de que haya muchas personas y miedo de que aunque yo no enferme, pueda llevarles el virus a mis papás.

De cualquier manera, tampoco es que se permita mucha gente en los velorios. Uno se va así, con la gente cercana en el mejor de los casos y en el más desafortunado, solo.

Y sí, da un poco de coraje que haya gente a estas alturas que no se tome en serio la enfermedad. Que no tomen ninguna medida sanitaria y que no haya empatía. Creo que la gente que trabaja conmigo son el mejor ejemplo de que se puede mantener un ambiente sano si todos nos cuidamos. Pero justo el otro día un conductor de Uber me dijo que "el virus no existe" y que los están matando en los hospitales para que haya menos mexicanos.

Estaba tan cansado que ni siquiera le dije nada. Y eso también me da vergüenza.

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